Sound art in extremis: Mapping the sound ecology of Antarctic weather

Arte sonoro en condiciones extremas o cómo captar la ecología sonora del clima de la Antártida

El Dr Philip Samartzis, artista sonoro y profesor de la Universidad RMIT de Melbourne, viajó a la Base Casey, en la Antártida, a principios de 2016, en calidad de miembro de la Australian Antarctic Arts Fellowship, un programa de concienciación y divulgación de la realidad del continente antártico. Su objetivo: explorar la interacción del viento catabático con el entorno natural y los asentamientos humanos.

Autor: Philip Samartzis, Director Artístico del Bogong Centre for Sound Culture, Coordinador de Sonido en la Escuela de Arte de la RMIT University, Australia

Este proyecto surge de la fascinación que me produjeron las fotografías de Herbert Ponting y Frank Hurley —muy innovadoras en su día—, que supieron combinar el tema, la composición y el clima para recrear la atmósfera de unos espacios profundamente misteriosos y extraños. Me intrigaban especialmente las representaciones que hizo Hurley de la vida entre los hielos en dos de sus fotografías más emblemáticas: The Blizzard (La ventisca) y Leaning on the Wind (Descansando sobre el viento), ambas tomadas en 1912. Aquellas fotografías transmitían la ferocidad y los efectos atmosféricos del clima polar mediante el recurso a varias técnicas, como la escenificación o la impresión compuesta, para expresar de una manera visceral algo casi imposible de articular a través de la fotografía documental convencional. Tomando como inspiración aquellas representaciones tan evocadoras de paisajes abstractos moldeados por una meteorología volátil, me plantee hacer un relato paralelo utilizando técnicas de grabación de sonido, para recrear una experiencia material de ese clima extremo.Mapping the sound ecology of Antarctic weather Blizzard at Cape Denison – Photo by Frank Hurley – 1912Ventisca en el Cabo Denison - Fotografía de Frank Hurley - 1912

El efecto catabático en el sonido

Con esas imágenes de violentas tormentas de viento y paisajes fantasmagóricos grabadas en mi mente, emprendí tres semanas de trabajo de campo en la Base Casey, en la Antártida oriental, para estudiar los efectos del viento catabático en la propia base y en el entorno circundante. El viento catabático se origina por enfriamiento radiativo en zonas montañosas y va ganando fuerza a medida que fluye hacia cotas más bajas. Este viento es muy habitual en la Base Casey, debido a su ubicación al pie del domo Law, que se eleva formando una suave pendiente hasta una altitud de 1395 metros. Cuando el viento catabático frío se mezcla con vientos costeros a más alta temperatura, se produce un sistema meteorológico absolutamente errático, que hacía de la Base Casey el enclave ideal para llevar adelante mi proyecto.

Un aspecto muy llamativo del viento catabático es la forma en que condiciona la percepción del sonido, tanto en el medio natural como en las zonas construidas. La trayectoria del viento puede alejar o acercar el sonido al observador. Cuando el viento es más fuerte, el sonido puede quedar enmascarado. En cambio, el sonido puede ser más intenso con vientos más débiles. En los momentos de máxima intensidad, sencillamente arrasa con todo a su paso. Cuando choca con los edificios, el viento catabático produce una serie formidable de tonos ascendentes y descendentes, como una sobrecogedora arpa eólica. En el interior de los edificios, con su estructura de acero y sus paneles aislantes, casi se puede tocar el silencio, que produce una profunda sensación de aislamiento con respecto al entorno exterior.
En cambio, en el exterior, una meteorología efervescente se expresa a través de una escala de resonancias, generadas por distintas superficies y materiales sometidos a tensiones abrumadoras. En una ocasión, mientras grababa desde un porche gélido con una costra de hielo, alguien me dijo que las rachas de viento superaban los 185 km/h. El aullido desgarrador de un anemómetro que emergía del abismo blanco daba testimonio de la ferocidad del viento.

The Australian Antarctic Division, and Creative Victoria for their support of this project

Sinfonía extrema

Durante tres semanas, grabé un completo surtido de sonidos activados por el viento y moldeados por el frío. Gránulos de hielo bailando sobre chapas metálicas, el ondear frenético de las banderas, el murmullo de los cables, frágiles láminas de plástico vibrando al viento, edificios y estructuras indiferentes, el viento batiendo desolados campos de hielo, y los efectos transformadores del frío y el calor sobre el entorno polar. Para documentar estas condiciones tan volátiles, situé distintas combinaciones de equipos de Brüel & Kjær en los confines de la base. Mi panoplia estaba formada por cuatro micrófonos de estudio antiguos, dos micrófonos de intemperie con preamplificadores, un hidrófono miniaturizado y cuatro acelerómetros piezoeléctricos en miniatura. Con este material pude realizar grabaciones simultáneas del sonido en el aire, el agua y las estructuras, con las que documentar los efectos de las turbulencias y las tensiones en la base polar y su entorno.

Estas grabaciones sonoras sirvieron como base de una nueva serie de composiciones para exhibiciones y performances, concebidas para crear experiencias táctiles e inmersivas en la ecología sonora de los fenómenos meteorológicos extremos. Igualmente, desarrollé un trabajo concertístico a la medida de Speak Percussion, un conjunto de Melbourne. En él se combinan estas grabaciones sonoras multicanal con instrumentos acústicos, como instrumentos de hielo creados especialmente para la ocasión y máquinas de viento. Confío en haber sabido plasmar de una forma vívida y dramática esta naturaleza extrema, a través de una convergencia de lugares, sonidos y espacios, utilizando como canal —cambiante— el arte sonoro y la interpretación experimental.

Philip Samartzis would like to acknowledge the generous support of Maurizio Demontis Philip Samartzis desea agradecer el generoso apoyo de Maurizio Demontis, de Brüel & Kjær Melbourne, The Australian Antarctic Division y Creative Victoria por su apoyo a este proyecto.