Pruebas de altavoces
Vivimos rodeados de altavoces y sistemas de entretenimiento: el teléfono, el coche, la televisión, los cascos, los ordenadores, los juguetes, los sistemas de megafonía, el cine y un largo etcétera.
Los usuarios finales tienen ideas muy claras y arraigadas de lo que esperan de los productos, de modo que es de vital importancia transformar estas expectativas en productos que satisfagan a los clientes. Las mediciones de la calidad sonora ayudan a dar satisfacción a esas preferencias del consumidor y constituyen una forma de diferenciación de los productos. No obstante, la calidad sonora no es el único parámetro que los fabricantes quieren o necesitan evaluar:
- Definición de objetivos: ¿la respuesta, la distorsión, la impedancia, la sensibilidad, la direccionalidad y otros valores son los adecuados?
- Material acústico: ¿cómo afecta al sonido el empleo de materiales más ligeros, resistentes y económicos?
- Estructura: ¿cómo afectan los cambios en las cajas o el diseño de los componentes a las propiedades vibratorias y acústicas de un altavoz?
- Producción: ¿puede un fabricante confiar en los resultados de las pruebas de conformidad y recibir un producto de calidad?
La cantidad de pruebas necesarias para verificar las especificaciones y requisitos de rendimiento puede resultar abrumadora para un ingeniero de I+D con un plazo que cumplir y un presupuesto al que ajustarse. Por este motivo, la estandarización, la automatización, la correlación de datos y la facilidad de uso son algunas de las características más buscadas en las pruebas de I+D del sector. Si los ingenieros tienen estos elementos —sin que se vea afectada la fiabilidad y la precisión—, estarán en muy buena situación para cumplir sus objetivos de manera rápida y eficiente.
Sistema recomendado
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